Cómo comprarle un regalo a un hada

Cuando un hada te hace un regalo mágico lo normal es corresponder. Ellas tienen la ventaja de que con su magia adivinan lo que te hace ilusión; para eso ellas son licenciadas en ilusionismo.

Pero...¿cómo se compra un regalo para un hada?

A un hada que escribe libros y que da clase sobre literatura infantil no le puedo regalar un libro porque no sé los que tiene ni los que le gustaría tener y es de libros de lo que yo más entiendo, así que ...¡ a pensar..!

Lo primero es encontrar una tienda de regalos mágica; en eso no tengo problema porque cerca de mi casa hay una que se llama Ocre y el dueño lee tanto que debe saber mucho de hadas.


¡Qué va! los que verdaderamente conocen a las hadas son los niños... así que buscamos a dos expertos que hayan leído muchíiiiisimos cuentos.


¿Qué le puede gustar a un hada a la que no conoces personalmente?

Guille es un experto en hadas, tiene nueve años, me va enseñando los regalos que piensa que le van a gustar, no sin antes hacerme tantas preguntas que tiene que intervenir su hermana Elvira de seis años.

Si escribe cuentos tan bonitos necesitará unos sujeta libros para ir poniendo todos los que escriba..., pero tiene que ser con el color de los bosques y muy muy alegre...

Si dices que ahora vive en una ciudad, necesitará algo que le recuerde su mundo...( y añaden un móvil con flores y mariposas)
También un chal del color del cielo para cuando le entren escalofríos por las noches...
Pero lo más importante... y se pone afanosa a hacerle a la hadita un dibujo mientras su hermano me hace las cuentas con la calculadora y me cobra todo a precio de hada.
Me dice otra niña que se llama Paloma y que conoce bien a este hada que a las haditas le gustan mucho las golosinas, así que nos llegamos a la tienda de galletas y compramos una chocolatina que dice gracias y dos corazones de caramelo para hacerle saber cómo la queremos.

Cuando llegamos a su despacho nuestra hadita se había marchado ya, pero una compañera se ha encargado de poner los regalos sobre su mesa para que los encuentre mañana cuando vaya a trabajar, porque nuestra hadita trabaja cada día.

Se me ha olvidado ponerle en la nota que cinco de sus cuentos ya han llegado a su destino y se encuentran en manos de cinco profesoras que los seguirán contando a los niños y niñas que pasen por sus clases.

Los otros irán llegando a otras manos y a otros ojos a lo largo del verano

Mañana yo ya estaré bastante lejos de aquí pero espero que Guille y Elvira hayan acertado con el gusto de las hadas.