Es por la tarde, pero como han adelantado la hora, a las siete parece noche cerrada.
Fuera, en la calle, el aguacero (en Sevilla dirían que está "jarreando") golpea los cristales produciendo un ruido infernal...
A ellos no les importa, no sienten ni notan el ruido de la lluvia ni la fría temperatura exterior ni las demás personas que están leyendo o haciendo los deberes en la biblioteca infantil.
Vienen un rato los dos, padre e hijo; yo los veo una vez a la semana, pero puede ser que vengan más tardes.
El cachorro no sabe leer aún pero le encantan los libros y venir a la biblioteca; por eso su padre en voz bajita le traduce las palabras y le pregunta sobre las ilustraciones de los libros.
Hablan en voz bajita y no molestan a nadie. Poco a poco van viendo libros de todas clases y tamaños...
Le pido permiso al padre para sacarle las fotos porque una imagen vale más que mil palabras.
Están los dos, como algunos otros, que tengo la suerte de ver y disfrutar, en una biblioteca pública... (pública no significa que no es de nadie, sino que es de todos)
Para entrar, no hace falta ninguna identificación, puedes leer o mirar lo que quieras.
Para hacerte socio, sólo tienes que rellenar un impreso, llevar una foto tamaño carnet y presentar un documento de identidad... no hace falta estar empadronado.
Si te haces socio puedes llevarte en préstamo tres libros y una película o audiovisual.
Esta biblioteca en donde están cumple ahora diez años... creo que lo está haciendo bien
Este año el presupuesto para las bibliotecas es... ¡sin comentarios!
Qué delicia mostrar las primeras letras a tu hijo. Besos
ResponderEliminarPiedra