El equipo sumergido de la biblioteca escolar o las alegres comadres de Windsor

La biblioteca del IES Las Encinas ya se ha cerrado para los alumnos y los profesores, pero sus puertas siguen abiertas hasta el día 15 de julio porque allí está pasando algo.

Todos estamos disfrutando de las vacaciones veraniegas hasta septiembre, excepto un equipo (además del equipo directivo y los conserjes) que tiene mucho que hacer en la biblioteca escolar pero que, normalmente, no es nombrado en el apartado de personal en ningún proyecto de biblioteca escolar que yo haya visto... y pienso que se lo merece...

Se trata de un equipo formado por cinco mujeres a cuya cabeza y como interlocutora está Paqui Narvaez. Es el equipo de mujeres de la limpieza a las que yo llamo cariñosamente las alegres comadres de Windsor porque andan siempre riendo y protestando con la misma intensidad.

Ellas son las responsables de que la biblioteca aparezca siempre tan hermosa y limpia como nos gusta tenerla; en seis años hemos pasado por todas las fases de las relaciones personales y hemos tenido en común o en contra todas las emociones y sentimientos posibles.

Nosotros nos vamos de vacaciones, pero ellas, las cinco, en estos quince días, nos dejan la biblioteca como los chorros de oro... aquí es donde ha venido la evolución que les tenemos que agradecer de todo corazón.

Para que la biblioteca aparezca así de guapa cuando volvemos en septiembre, pero sin polvo acumulado y bien limpia, hemos seguido un largo camino.

El primer año, la biblioteca aparecía limpia, pero cuando íbamos a buscar un libro o un documento multimedia, resulta que no estaba en el lugar que creíamos haberlo dejado ya que al vaciar todas las estanterías para quitarles el polvo, no sabían cómo volver a colocarlas.

El proceso para llegar a tener la plena seguridad de que el próximo curso nos la vamos a encontrar tal cual la dejamos y superbrillante ha sido muy hermoso y enriquecedor: a base de pactos y de paciencia.

Mis alegres comadres tienen todas el carnet de la biblioteca, son parte de ella (y no poco importante: fue todo un triunfo que se dejaran poner en el abies el perfil de usuario de personal no docente (¿Y eso qué es? Nosotros queremos que ponga limpiadoras.) Sólo logré convencerlas cuando les demostré que Susana, la del bar; los tres conserjes y yo teníamos el mismo perfil.

Con su carnet se han ido llevando novelas de amor para ellas, los libros de lectura obligatorios que sus hijos tienen que leer durante el curso y las lecturas que les aconsejamos para el verano y libros de historia de la guerra civil para alguno de los maridos, revistas, películas... total que al final, después de un curso hecho a medida y prolongado en el tiempo de formación de usuarios, nos hemos encontrado con que son nuestras mejores usuarias, las que cuidan mejor nuestra biblioteca y las que vocean a los cuatro vientos lo bien que trabajamos.

Pero su labor más importante es la recuperación de los libros no devueltos... no se les escapa uno. Además, si es posible, localizan al infractor, y le dan una conferencia sobre cómo hay que cuidar los libros.

¿Cómo no voy a considerar a estas maravillosas mujeres parte del equipo de la biblioteca?

Va aquí mi homenaje y mi agradecimiento, así como el del resto del equipo de la biblioteca escolar.

Por cierto... qué lástima que ellas no puedan localizar el códice robado de la catedral de Santiago de Compostela. Tuve la suerte de poder admirarlo durante un rato y me dejó impresionada. Espero que el robo sea por un capricho para estar seguros de que un enamorado no va a hacer daño a algo tan frágil y tan valioso.