Una escritora y dos novelas en busca de editor

PILAR HERRERO VARGAS

 Cuando Pilar me comentó que había escrito una primera novela y que si no me importaba leer el manuscrito, estaba segura de que sería una buena historia y no me equivocaba.

Me dijo que me tomara todo el tiempo del mundo y que le diera una opinión sincera.

La leí en menos de una semana a pesar de que ocupaba muchas páginas.

No podía dejar de leer y, además, estábamos en vacaciones de verano.

Después la leyeron varias personas más, todas mujeres universitarias y amantes de las buenas historias.

Estábamos asombradas de que una primera novela pudiera estar tan bien escrita, con un lenguaje ágil y rico, diferentes ambientes tan bien documentados y una historia a través de varias generaciones, jugando con el tiempo y el espacio, con una trama que impedía dejar de leer para llegar al final, y, cuando acaba, desear seguir la historia en el tiempo para saber qué pasa con esos personajes tan bien construidos.

 Se trataba de la novela "Café, chocolate y azúcar".

Me gusta el título.

Esta portada está pintada por ella, porque Pilar, además de escribir, también pinta.

Conozco a Pilar desde que nació pero ignoraba que no conociera algunos de los lugares en los que la historia transcurre; cuando me lo contó, no me lo podía creer, porque yo sí que conozco los lugares a los que ella no había ido y me aluciné con la cantidad de detalles que describe, como si hubiera vivido allí una buena parte de su vida.

Leí la novela el verano pasado; me descubrí ante ella. Sabía que escribiría bien, pero no me imaginaba que tan maravillosamente bien.

Me prometió que este verano tendría otra escrita... y yo me reí.

Este verano, me he llevado la sorpresa.

Me esperaba su segunda novela: una historia ágil y divertida que mezcla historias y personajes en un edificio que puede existir en cualquier lugar, en esta misma ciudad en la que yo vivo.

Los personajes son aún más creíbles que en la novela anterior porque son personas corrientes con historias tan vivas como la de mis vecinos y tan normales que puedes encontrártelos en tu misma escalera.

Tiene más sentido del humor que la primera y lo más sorprendente, es que la vives mientras la lees y te haces amigo de los más afines a ti y sufres y te alegras al mismo tiempo que ellos.

Son historias tiernas, irónicas a veces, con detalles que le dan verosimilitud y que demuestran un profundo conocimiento de la psicología humana.

Pilar Herrero Vargas es maestra en un colegio andaluz en el que desempeña la labor de dirección.
Además de pintar, escribir, hacer deporte, tener una familia maravillosa y vivir en un lugar envidiable, sería un chollo para cualquier editorial porque sabe hablar y convencer.
También escribe poesía y sería una buenísima ilustradora de libros infantiles... la estoy convenciendo demagógicamente para que nos escriba hermosas historias y cuentos para nuestras bibliotecas escolares.

¿No hay entre los lectores de este blog un editor o editorial a los que les haga falta una buena escritora?
Es una verdadera lástima que estos libros no hayan visto todavía la luz.
¡¡¡Mucha suerte, Pilar!!!