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lunes, 23 de junio de 2014

El club de lectura del cuarto domingo del mes

Por fin pudimos buscar una fecha, una hora y un lugar para reunirnos 
(casi todos) y poder charlar sobre el libro que hemos leído este mes.


 El lugar era agradable, una terracita que ya hemos frecuentado en varias ocasiones cerca de la plaza de Olavide, donde se puede charlar sin molestar y sin ser molestados.
El ambiente, caluroso, climáticamente hablando hacía un bochorno que creíamos que podría acabar en chaparrón, aunque no fue el caso; emocionalmente, más cálido todavía, pues en el último encuentro habíamos faltado mucho y, en cambio, esta vez, además de los habituales, se incorporaba nuestra Ana, que estaba recién llegada de Bolivia.
Ausentes pero presentes en nuestros corazones los fundadores chadianos, el masteriano o masteriense, agobiado porque tiene que presentar un trabajo próximamente (pero que se ha leído el libro, lo jura) y nuestra Silvia, que no apareció pero por motivos justificados.


 El libro nos lo habíamos leído todos, incluso el que casi nunca los termina porque no le enganchan; esta vez ha puesto la directa y casi se lo lee entero en una noche. La mayoría habíamos leído también el primero del mismo autor, Jonas Jonasson, uno de los más vendidos en la última feria del libro de Madrid.

Fue Fernando el encargado de hacer la presentación del autor y el libro, con la dignidad y la maestría que lo caracterizan.
Muchos comentarios, la mayoría con sonrisas incorporadas; muchas comparaciones en tema y estilo con la primera obra del autor. 

Diferentes maneras de leer en diferentes soportes aunque, esta vez, como ninguno dominamos el sueco, la mayoría lo hemos leído en español, con lo que no se ha hecho ninguna alusión a la traducción.

Sí se comentó que la portada del libro, con la fotografía, mediatiza la idea de poder crear los rasgos de la protagonista para que cada uno la pueda imaginar como quiera.




Y, al final, cada uno regresó a su casa en el mismo transporte que había utilizado para llegar.

La tarea para el próximo mes, literatura francesa, tan cercana y, sin embargo, tan desconocida. Vamos por el premio Goncourt del 2013: una primera novela de un profesor francés editada por Nórdica.

Espero que os guste como me ha gustado a mí, ya que no estaré en los calores del próximo encuentro... ¡¡¡Buen verano!!!

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