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viernes, 7 de febrero de 2014

Los libros rojos del cole .Apropiándonos del espacio en la biblioteca escolar

Porque no se puede aprender a nadar sin tirarse al agua...en la biblioteca escolar del CEBIP Santiago Apóstol hemos estado trabajando con los grupos A y B del primer curso de Educación Primaria.
El objetivo era que conocieran su espacio en la biblioteca escolar y conseguir que sean autónomos en la búsqueda de documentos.
Hemos empleado cuatro sesiones de una hora cada una.



 Partimos de que estos alumnos/as han estado utilizando la biblioteca desde los 3 años, cuando estaban en 1º de Educación Infantil



 Como cambiamos de espacio, les mostramos que tanto las estanterías como libros tienen un distintivo rojo que significa que esos libros son los adecuados de 6 a 9 años, de 1º a 3º , pero que pueden seguir llevándose los libros azules de los pequeños (risas porque ellos ya son mayores)

Que los libros están agrupados en varios grupos: los que tratan un tema concreto o varios, que son los libros para aprender, los libros informativos, que llevan en su lomo un número para ordenarlos.


Y lo cuentos o libros de ficción, que en su lomo sólo llevan letras.
En cada sesión vamos haciendo una parte de nuestro libro: la cubierta, la portada, el contenido... todos tienen en común que son rojos, como nuestro espacio de la biblioteca escolar...

 

En casa, con sus padres, abuelos y hermanos, los han terminado y los traen orgullosos, porque la última sesión está dedicada a clasificarlos para que se queden para siempre en nuestra biblioteca y los demás niños o ellos mismos puedan llevarlos a casa en préstamo.
Los separamos primero por su contenido, en libros informativos o de ficción: tenemos un montón de ambos.
Y por último los colocamos en las estanterías...los cuentos van por orden de lista, colocados por el apellido del autor...¡qué orgullo cuando los colocan¡
A los informativos les damos su número, que resulta ser el 59, el de los animales, la mayoría, pero hay también un 56 de dinosaurios y un 91 de geografía.
El resultado ha sido mejor de lo que esperábamos Eva, Isabel (sus profesoras animosas y alegres) y la que suscribe...y, lo mejor, la última pregunta: ¿Podemos hacer nosotros solos más libros y traerlos para la biblioteca?
Respuesta:¡¡¡YES!!!

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