Puede ser que... en un pueblo de Huesca, allá por la comarca del Sobrarbe, un niño, que por su segundo apellido estaba destinado a ser cabrero, como el bueno de Miguel, y a escribir hermosos poemas... decidió hacerse maestro, pero sin renunciar a escribir esos poemas y más cosas...
Puede ser que tuviese que irse a la capital a estudiar Magisterio porque en aquellos tiempos, en los pueblos pequeños, sólo había una escuela en la que se permanecía hasta obtener el certificado de escolaridad obligatoria...
Puede ser que, allá en la capital, se encontrara con gente inquieta decidida a enseñar de otra manera...
Puede ser, y tal vez así sea, que una vez en su escuela pública, se planteara que sus alumnos tenían que aprender a leer, escribir y hablar utilizando recursos que la escuela no poseía en aquellos tiempos.
Puede ser, y a lo mejor fue así, que este maestro inquieto empezara a ofrecer libros, que compraba con su escaso sueldo, a los niños que tenía en su clase.
Puede ser que, al principio, los libros eran casi todos de narrativa, poesía, teatro y alguna que otra enciclopedia, además de los consabidos y necesarios diccionarios...
Puede ser que ideara hermosas actividades de animación a la lectura y a la escritura...
Puede ser que ya tuviera tantos libros que necesitara ordenarlos de alguna manera y pensara en una biblioteca más grande para que todos los niños de la escuela pudieran tener acceso a lo que sus propios alumnos disfrutaran...
Puede ser que otros profesores se le unieran en el camino y le ayudaran a poner en marcha una biblioteca que no fuera sólo un almacén de libros...
Puede ser que la gente que lo rodeaba se diera cuenta de que en la biblioteca se podía aprender de otra manera...
Puede ser que consiguiera integrar en el proyecto a más gente, formar un seminario, transmitir su entusiasmo a toda la comunidad escolar y a gente de fuera que no sabía cómo poner en marcha un proyecto como el suyo...
Y fue que la experiencia se fue transmitiendo a gente inquieta, preocupada por la educación, que se fue formando al mismo tiempo que estaba al tanto de qué se iba haciendo en esa biblioteca de un pueblo de Aragón que parecía una utopía al principio pero que íbamos viendo cómo crecía y se propagaba...
A veces algunos piensan cosas, otras algunos las ponen en marcha, pero esta vez ha superado la realidad a la ficción... en el colegio Miguel Servet, en Fraga (Huesca) hay una biblioteca escolar que lleva funcionando¡¡¡ VEINTICINCO CURSOS!!! y se ha convertido en referente para todos los aventureros que quieran en sus colegios una verdadera biblioteca escolar.
¡¡¡Muchas felicidades!!!
Esta entrada no tiene imágenes para que entréis a verla en el blog de la biblioteca a las que pertenecen...el enlace está arriba a la derecha...
¡Qué te voy a decir, Bibliolibre! Gracias por tus espontáneas y generosas palabras. Tu andadura ya es larga y firme y aunque nos queda mucho por aprender, tú ya tienes mucho que enseñar. Un abrazo fuerte, amiga.
ResponderEliminarMariano